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Una filosofía política desde los pueblos oprimidos: La tensión del occidente imperial contra los pue

  • José Pablo Segura Román
  • 13 oct 2018
  • 14 Min. de lectura

“Quien ofrece en sacrificio algo robado es culpable [...] Ofrecer sacrificio con lo que pertenece a los pobres es lo mismo que matar al hijo en presencia de su padre” (Eclesiástico: 34)


La teoría, la “ciencia” y la filosofía política han sido hasta hoy los grandes centros de producción de pensamiento intelectual del poder, de las relaciones de fuerza, de la soberanía y, en algunos casos, de la crítica a la hegemonía dominante, pero pareciera que el día de hoy poco se habla en defensa de los pueblos originarios y en defensa de los movimientos de “guerra justa” desde las grandes escuelas que dominan el planeta. La política parece que se ha subsumido a la lógica del poder y pareciera que se ha acostumbrado a mirar de arriba abajo.


Sin embargo, ante un presente desalentador en las “ciencias de políticas”, me permitiré hacer un análisis poco ortodoxo y desde un enfoque de análisis que se pretende crítico, que no se base en volver a decir lo que otros trataron tiempo atrás y en donde propondré no solo a teóricos escuchados por los ojos del poder, sino que me tomaré la molestia de hacer un acto político al utilizar como teóricos a los propios pueblos oprimidos de los cuales se preocupa este trabajo.


A manera de introducción, me gustaría plantear la problemática central a tratar en éste texto, que es el exterminio de los pueblos originarios no hispanohablantes de la América del sur del río Bravo (pese a que en el título haya planteado la cuestión de la dialéctica), pues desde el “encubrimiento de América” (Dussel, 2007) se les ha tratado como objetos, como animales parlantes, como seres no pensantes; pero su cosmo-vivencia[1] (Lenkersdorf) se pone rara vez como tema central de la mesa de discusión en las universidades, a no ser que sean el tema central de una coyuntura política, tal y como fue en el caso del levantamiento zapatista en 1994 o con las victorias de Evo Morales en el Estado Plurinacional de Bolivia. La pretensión de este escrito en particular es tratar de superar la visión eurocéntrica (Dussel) y la visión nostálgica de los pueblos indígenas y, al igual que Carlos Lenkersdorf, plantear al indígena vivo, que se nos revela como migrante, como ser con hambre, como pobre, como zapatista o simplemente, como ser humano.


Para comenzar a tratar el tema espacial en el que se desarrolla lo indígena, habría de considerar muy bien qué se está entendiendo por América Latina y si esta no es una identidad supuesta desde fuera y que es ajena tanto a nosotros los caxlanes (que es la forma despectiva por la cual se refieren a nosotros en los pueblos originarios, así como en la tradición imperial se les dice “indios” o “morenitos” como modo despectivo de su propio ser) como a los pueblos originarios, pues la cuestión de lo “latinoamericano” excluye desde el propio nombre al “indio” que, como diría Galeano, “no tiene nombre, sino número, no tiene lengua, sino dialecto, que no es un ser humano, sino un recurso humano” (Galeano, 1971) pues el término “latinoamericano” originado por el francés Michel Chevalier en 1836 (Yepes, 2017) tenía en mente intereses geopolíticos y una estrategia de agrupación de un supuesto “nosotros latino” entre el imperialismo Francés y las naciones hispanoparlantes en el continente, por lo que, contrario a lo que muchos piensan, el origen de América Latina como concepto, no se hizo con la intención de unificar a todos los pueblos de América y, además, excluye a las múltiples naciones no hispanas que hablan lenguas originarias.


Pero pese a la problemática de exclusión desde la espacialidad y desde el nombramiento del propio territorio de las culturas indígenas o, si les ponemos sus respectivos nombres como Nahuas, Tzeltales, Tojolabales, Tzotziles, Choles, Rarámuris o Zapotecas, habría que resaltar con vehemencia que éstos hermanos nuestros ¡han tenido sus propias visiones político-filosóficas del mundo y quizás esto les ha permitido sobrevivir conflictivamente a 500 años de dominación Europea! pero, dado que existen más de 60 pueblos con sus respectivas lenguas únicamente dentro del territorio del Estado-nación mexicano, me enfocaré en la filosofía política de los pueblos originarios de Chiapas y más específicamente, me concentraré en el pueblo Tzeltal que actualmente se encuentra como grupo en resistencia contra los proyectos de exterminio del gobierno mexicano.


Como primer punto, me gustaría plantear la cuestión de cómo viven su filosofía los pueblos o cómo se vive la filosofía en clave tzeltal. En las montañas del sureste mexicano los pueblos tzeltales (al igual que los tojolabales) no están pensando en encontrar la verdad, sino que lo que buscan es hacerse verdaderos (Lenkersdorf, 2013) a partir de la práctica social, pues la comunidad precede al individuo y uno se hace verdadero sólo cuando está en comunidad. Esto quiere decir, que su filosofía y su fundamento por el “ser” está en la praxis con el “somos” porque el ser se hace y sólo se hace en la acción con consciencia histórica, es decir, con consciencia de que se viene de una comunidad y de que no venimos de la nada.


En cuanto al concepto de praxis, me gustaría tratar de profundizar desde Marx, pues éste desarrolla brillantemente el concepto de una manera muy similar a como lo viven los tzeltales. En las tesis sobre Feuerbach, plantea la cuestión del “viejo materialismo” y del “nuevo materialismo” desde sus tesis I que inicia diciendo:


El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal (Marx, 2017).


Esto quiere decir que el mundo se entiende no mirándolo como si fuese una fotografía que podemos abstraer a la mente y poder interpretar, sino que solo se puede comprender en la práctica. En su segunda tesis dice:


El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica es un problema puramente escolástico (Marx, 2017).


Además, Gramsci remata en su cuaderno 11 hablando de lo sustancial, del porqué una filosofía de la praxis y no una filosofía del “mundo de las ideas”. Gramsci en un momento de clarividencia sentencia que la filosofía de la praxis es aquella que “se depura de sus elementos intelectualistas y se hace vida" (Gramsci, 2001).


Y justamente haciéndose vida es como se manifiesta la filosofía Tzeltal. La vida no es una pieza de museo, sino que es un flujo, un devenir que quizás de manera inevitable se manifiesta en el conflicto, que para la filosofía política Tzeltal es fundamental. El conflicto se hace inevitable porque cada sujeto es un “distinto”, pero todo ser humano es condición de posibilidad de superar la semilla del conflicto a partir del florecimiento del consenso (si es que me permiten utilizar una analogía hegeliana) en la comunidad, y de ésta condición es de lo que depende la vida, pues ante el mundo de la incertidumbre y de la inseguridad, compartir el pan es el único medio de subsistencia real, y es precisamente esto lo que permite entender por qué sí a la comunidad y por qué darle importancia al conflicto.


El principio político Tzeltal que nos remite a todo esto es el “K’op-A’yej” que traducido literalmente quiere decir “conflicto-consenso” y que se entiende de origen como “política”. Es de este principio del cual nacen las asambleas comunitarias y la organización en el “nosotros” que reconoce la distinción interna de los que viven en la comunidad y es el medio por el cual se comprende que su vida es política en tanto que es lucha por cómo organizar la vida.


El despliegue de ésta vida política se entiende cuando se profundiza la discusión tzeltal en las asambleas, pues, al igual que Lenkersdorf ilustra con los tojolabales, los tzeltales crean una política del nosotros que parte de una discusión sin mediación que, ante los ojos de los de fuera, es caótica, pero que reconstruye armoniosamente las voces de los que se disputan la vida, pues paradójicamente el caos es, dentro de ésta óptica, el principio del orden político, pues pareciera que las correlaciones de fuerza en choque constituyen ontológicamente el momento de la construcción política.


También habría que añadir que la síntesis del caos se consuma desde el que “ya tiene corazón”, que, para nosotros, sería el anciano (diría Lenkersdorf interpretando al mediador de la comunidad) pero siempre considerando a todo disidente, pues los acuerdos políticos se dan únicamente cuando el 100% de la comunidad está de acuerdo dado que siempre aplica el concepto zapatista de “mandar obedeciendo” dado que el que media es elegido por los otros y puede ser igualmente removido de su cargo si éste no escucha la voz de su propio pueblo.


En resumidas cuentas, también nos comenta el joven tzeltal Miguel López Girón, estudiante de ciencias políticas becado con el 100% en la Universidad Iberoamericana Puebla y fundador del colectivo juvenil “komon koltael yu'un jch'ieletik – kkyj” que busca incansablemente mejorar la situación de los jóvenes de su comunidad, lo siguiente:


La filosofía política no es individual, porque -se parte de- las asambleas -en donde se- politiza la filosofía y se filosofa la política y así lo que se define es legítimo para todos, -en tanto que se decide en comunidad- y -se genera una- democracia cuando todos fueron tomados en cuenta. La asamblea sería el gran campo político donde se legítima la verdad de todos (López Girón, 2017).


Una verdad comunitaria que nace desde su propio lenguaje pues la palabra central de los tzeltales es el “nosotros” (contrario a las leguas anglosajonas o latinas que parten del “yo”), que se demuestra en buena parte de su gramática con la terminación “tic” (Lenkeresdorf, 2013) que se añade al final de las palabras para darles un carácter “nosótrico”[2], tal y como podría ejemplificarse en las palabras “señor” o “señora” que en tzeltal se dicen me’etik o ta’tik y que literalmente quieren decir “nuestro señor” o “nuestra señora”.


Pero no todo es tan extraordinario, pues estas asambleas o prácticas comunitarias tienden a ser muy cerradas a grupos femeninos y tienden a ser, por otro lado, aplastadas por la dominación caxlan tal y como la joven tzeltal, Marisol López Luna (joven estudiante de comunicación en la UNICH entrevistada de la comunidad de tenejapa, Chiapas y co-fundadora de la asociación civil KKYJ), lo expresa:


Los pueblos indígenas tzeltales son muy cerrados, por lo mismo de la cultura y las tradiciones, como si fueran tímidos, además, en una comunidad no hay libertad de expresión y aunque la comunidad tzeltal participe nunca será tomado en cuenta por lo mismo que son indígenas, mas las mujeres no tienen el derecho de participar, por la cultura de los padres que así van criando a sus hijos diciéndoles que las mujeres solo son para hacer la comida y casarse… y por esto es muy difícil ver una mujer participar en lo que es la política, y aunque si se vea, la comunidad no cree en ella por lo mismo que siguen la mentalidad de que la mujer no sabe nada y ella no puede mandar a un Pueblo y, además, los caxlanes aprovechan la situación de los indígenas, y piensan que solo porque son indígenas no saben nada y dicen que ellos no conocen sus derechos, o no saben hablar español y que no saben nada y por eso muchas veces los indígenas son humillados, no son tomados en cuenta tanto en la política y se aprovechan de su situación de pobreza y los utilizan mintiéndoles, pagando sus votos y prometiéndoles cosas que nunca les darán.


Esto quiere decir que, además de la disputa política de conflicto comunitario en la toma de decisiones, también se enfrentan nuestros hermanos tzeltales a una doble confrontación: la de género y la de indígena/Caxlan[3]. La primera me parece un gran tema a profundizar, pero dada la naturaleza de este foro y de este trabajo en particular, pretendo profundizar en la segunda a continuación.


Retomando lo que había dicho antes sobre el principio político k’op-Ayej, tendría que matizar que más allá de la comunidad política “nosótrica” (Lenkersdorf, 2013) siempre surge un “otro” ajeno dado que no todos son de donde mismo y no todos comparten modos de pensar, por lo que además del conflicto comunitario interno, se genera una disputa política en el afuera contra quien invade o contra quien constantemente trata de oprimirlos, tal y como lo es el caso del actual gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, que con particular cinismo expresa en su comunicado presuntamente filtrado y denunciado por la revista proceso lo siguiente:


Se trata de grupos inferiores que no desarrollaron plenamente sus funciones cerebrales y, por esa razón, se han convertido en una amenaza al desarrollo del Estado. -La principal estrategia para- abatir esa amenaza histórica que los gobiernos anteriores dejaron crecer -se encuentra en- menguar y eliminar su reproducción al introducir factores inversos de transferencia para hacerlos más sensibles a enfermedades comunes para evitar su visibilización pública, así como encarecerles los servicios médicos básicos (Velasco, 2017).


Y no se trata solo del gobernador, pues también hay otras fuerzas que buscan su exterminio. Basta con ver las notas que reportan el reciente intento genocida del pasado 28 de noviembre, en donde, de acuerdo con El Universal, más de cinco mil indígenas tuvieron que huir de las comunidades de Chenalhó por las balaceras de grupos armados que “buscan adueñarse de sus tierras” (Peters, 2017). Dentro de esta horrible nota, se relatan las consecuencias de la barbarie en su forma más desnuda, pues se dice que hay “un adulto mayor que se queja de dolor en el pecho y se desvanece entre los brazos del curandero […]-también hay- el llanto de Miramón Díaz, un niño de escasos dos meses de nacido que es ahogado por su madre para no ser descubiertos por los hombres armados, a quienes ellos llaman paramilitares” (Peters, 207) y además, en palabras de una de las madres se dice: “Las mamás sufren por sus hijos enfermos que lloran de dolor y no hay medicinas para curarlos. Queremos paz y tranquilidad” (Anónima citada por Peters, 2017). Ante esto habría que sentenciar diciendo que aquí ya no se trata de hacer una política que fortalezca al Estado o al Mercado, la política que urge en este contexto histórico es aquella que afirme la vida y el ser de la existencia de los negados, pues hace falta voluntad de poder para crear nuevos mundos. No olvidemos que el hombre al olvidar el ser se hace cosa y al hacerse cosa, hace cosa al mundo, pues el ser nos da condición de humanidad y solo donde hay ser hay voluntad revolucionaria.


Pero, volviendo al tema central del texto, sería necesario decir que la disputa política se enfrenta a un grave problema dado que la voz de los indígenas es tomada de origen como algo inferior, pues los indígenas tienen claro que, tal y como decía Marisol con un tono un tanto fatalista (en donde se contiene la carga colonial y la negación de ser) sobre su propio pueblo “nunca será(n) -o seremos- tomado(s) en cuenta por lo mismo que son -o somos- indígenas […] y los caxlanes aprovechan la situación de los indígenas, y piensan que […] no saben nada y por eso muchas veces los indígenas son humillados, no son tomados en cuenta en la política y se aprovechan de su situación de pobreza” (López Luna, 2017). Esto quiere decir que es imposible el diálogo nosótrico en el cual no hay un líder y en donde la lógica del poder se ejerza desde la horizontalidad del diálogo y por tanto, las alternativas de revelación como sujetos ante el exterior es prácticamente imposible si no hay una lucha de descolonización en donde se rompan la lógica arboresente[4]; lucha que obviamente está éticamente justificada si pensamos desde una lógica lascasiana en donde se contempla una “guerra justa” (Dussel citando a Bartolomé, 2007, p. 22) cuando la cuestión es defender una pretensión de verdad[5] que no ha sido falseada, que en este caso es su verdad como seres humanos.


Y ante esta ética y filosofía de los dominados habría que recordar que existe la construcción posterior de la liberación, en donde se sueñan los pueblos desde sus asambleas comunitarias, hablando con libertad su lengua y jugando en el espacio que el colono caxlan les ha despojado desde el encubrimiento de América, recordemos que ante la consigna del "indígena como mal absoluto" los indígenas quizás responderán algún día y con justa razón "el colono -Caxlan- como mal absoluto" (Fanon, 2007).


Referencias

Aguirre rojas, C. Rebeldía. La mirada neozapatista: mirar (hacia y desde) abajo y a la izquierda. P. 61-72. México. 2009 sacado de: http://revistarebeldia.org/revistas/Numero68/09mirada.pdf


Dussel (2007). Materiales para una política de la liberación. Obtenido de: http://www.ceapedi.com.ar/imagenes/biblioteca/libros/261.pdf


Dussel (2011). Filosofía de la liberación. México: Fondo de Cultura Económica


Fanon, F. (2007). Los condenados de la tierra. Argentina: Fondo de Cultura Económica


Galeano, E. (1971). “los nadies” en El Libro de los Abrazos, Siglo Veintiuno: México: FCE


Gramsci (2001). Cuadernos de la cárcel tomo 4. México: BUAP

Lenkersdorf, C. (2013). Filosofar en clave tojolabal. Obtenido de: https://culturayotredad.files.wordpress.com/2013/09/lenkensdorf.pdf


Marx (2017). Tesis sobre Feuerbach. Obtenido de: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm


Peters (28/11/2017). Huyen 5 mil indígenas en Chiapas por miedo. El Universal. Obtenido de: http://www.eluniversal.com.mx/estados/huyen-5-mil-indigenas-en-chiapas-por-miedo


Villanueva, E. (2017). Manuel Velazco: Exterminio racial por inferioridad. México: Proceso. No. 2132. Obtenido de: http://www.proceso.com.mx/501396/manuel-velasco-exterminio-racial-inferioridad


Yepes (2017). América Latina: un concepto difuso. Obtenido de: https://studylib.es/doc/6702616/am%C3%A9rica-latina--un-concepto-difuso-y-en-constante-revisi%C3%B3n.


Notas

[1] El término de cosmo-vivencia se encuentra en el libro “filosofar en clave tojolabal” y hace referencia a la relación del cosmo como forma de ver el mundo desde el discurso y a la vivencia como a la relación práctico-productiva de la praxis y la poiesis si pensamos en términos Dusseleanos.


[2] Palabra que utiliza Lenkersdorf para interpretar la situación que se genera en las comunidades tojolabales


[3] Caxlan hace referencia al no indígena de una forma despectiva


[4] Deleuze


[5] Concepto de Frai Bartolomé de las Casas constantemente utilizado por el filósofo de la liberación Enrique Dussel

Anexos

Entrevista a Miguel López Girón:

-oye migue, ¿cómo plantearías la filosofía política en los pueblos tzeltales?

- ¿Como?

-Es que estoy haciendo un trabajo para lo de la ponencia de la BUAP que les había puesto en el grupo de filosofía política y quiero plantear dos cosas: la primera es cómo ven el mundo desde el tzeltal (por ejemplo, desde las historias que te contaban cuando niño o desde el propio idioma o si ven el mundo desde la praxis) y lo segundo es cómo hacen al mundo desde la política en su sentido más amplio, es decir, desde las asambleas, desde cómo ven a quienes los gobiernan, el mandar obedeciendo, lo que ven como democracia, etc.

-Mira una simple seria que la filosofía política no es individual, porque en las asambleas politizan la filosofía y viceversa, así lo que se defina es legítimo para todos, y que hay democracia cuando todos fueron tomados en cuenta, podría ser la democracia absoluta, entonces, eso es praxis, materializan la filosofía y política en la asamblea. La asamblea sería el gran campo político donde se legítima la verdad de todos

-y, por ejemplo, ¿cómo se vive la comunidad? se reconoce al individuo, la comunidad asigna las responsabilidades de cada uno, la comunidad le hace algo a quien no quiera participar comunitariamente? y otra cosa, ¿cómo profundizarías el k’op-ayej?

-Justo tienes las respuestas, podría describirte cómo se vive la comunidad porque lo estoy pensando, pero en si nosotros no pensamos la comunidad, la vivimos, claro hay sanciones cuando algún cooperante de la comunidad falta a algo, cooperación seria el contrato de la comunidad. K'op - a'yej la eterna contradicción del ser para con los otros. No te olvides de que son antagónicos conflicto - consenso eterno

-oh! y otra pregunta, ¿cómo ven a la madre tierra?

-Diosa de la vida y del todo

Entrevista a Marisol López Luna:

-Hola Marisol ¿cómo estás? Oye, ¿te puedo hacer una pregunta? es que estoy haciendo un trabajo de la filosofía política en los pueblos tzeltales y te quería preguntar sobre cómo se ve el mundo desde la perspectiva tzeltal (desde donde están y desde su idioma)

-Hola Pablo, en mi punto de vista los pueblos indígenas tzeltales son muy cerrados, por lo mismo de la cultura y las tradiciones, como si fueran tímidos, además, en una comunidad no hay libertad de expresión y aunque la comunidad tzeltal participe nunca será tomado en cuenta por lo mismo que son indígenas mas las mujeres no tienen el derecho de participar, por la cultura de los padres -tatik- que así van criando a sus hijos diciéndoles que las mujeres solo son para hacer la comida y casarse… y por esto es muy difícil ver una mujer participar en lo que es la política, y aunque si se vea, la comunidad no cree en ella por lo mismo que siguen la mentalidad que la mujer no sabe nada y ella no puede mandar a un Pueblo y, además, los caxlanes aprovechan la situación de los indígenas, y piensan que solo porque son indígenas no saben nada y dicen que ellos no conocen sus derechos, o no saben hablar español y que no saben nada y por eso muchas veces los indígenas son humillados, no son tomados en cuenta tanto en la política y se aprovechan de su situación de pobreza y los utilizan mintiéndoles, pagando sus votos y prometiéndoles cosas que nunca les darán. Sin embargo, los caxlanes aprovechan la situación de los indígenas, solo porque son indígenas no saben nada y es como decir ellos no conocen sus derechos, o no saben hablar español, no saben nada... Por eso muchas veces los indígenas son humillados no son tomados en cuenta tanto en la política, hablando de política, ellos solo aprovechan la situación de pobreza y los utilizan mintiéndoles, pagando sus votos, prometiéndoles cosas que nunca les darán.



 
 
 

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