La dialéctica de la diversidad sexual en México
- Alejandro Gallardo Rodríguez
- 3 oct 2018
- 5 Min. de lectura

El camino atravesado por la diversidad sexual desde los setenta en México, se ha caracterizado por la pluralidad de movimientos, de consignas, de peticiones y de ideales. No obstante, la izquierda representada por el socialismo y el anarquismo fue una de las principales fuentes de inspiración para las primeras agrupaciones. Por tal motivo, resulta objetivo del presente escrito, analizar la lucha mexicana de lo que no se apega a la heteronorma, desde la postura de tres autores opositores al liberalismo de la teoría política contemporánea.
Para ello, es necesario introducir brevemente el contexto histórico suscitado a inicios del movimiento. Fue un 26 de julio de 1978 cuando miembros del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR) marcharon en la Ciudad de México para presentar sus demandas de liberación (Diez, 2011). Dicha marcha contó con el apoyo de diversos partidos políticos de izquierda y de distintas agrupaciones aliadas al FHAR (Barrón, 2010). La realidad es que la marcha pudo acontecer tras la efervescencia ocasionada por Stonewall en 1969, pero el miedo a la represión del Estado por lo ocurrido en 1968 y 1971 era aún muy fuerte (Barrón, 2010).
Sin embargo, vale la pena analizar lo simbólico que fue la fecha, tanto por ser conmemoración de la lucha comunista en Cuba, como por ser décimo aniversario de la masacre de Tlatelolco. Analicemos pues a Karl Marx, para entender la lógica detrás de este acto tan revolucionario y trascendente para su tiempo.
Marx consideraba que “la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases” (Marx, 2016, p. 53). Esto lo dedujo tras leer a Hegel y darse cuenta
de que la existencia de clases sociales tenía que ver con relaciones de poder legitimadas y soportadas gracias a una superestructura donde Estado, ideología y religión convergen. En ese sentido, la situación es funcional hasta que el antagonismo de clases genera una ruptura y las posiciones de poder cambian de actores.
De ese modo, el gran opresor de la diversidad sexual en México era, y sigue siendo, el capitalismo solapado por un Estado neoliberal, una ideología heteropatriarcal y una moral católica. El mismo FHAR buscaba denunciar “la lógica capitalista de dicha opresión y exclusión-inclusión para con los homosexuales, lesbianas, mujeres y los sectores marginados como los desposeídos” (Barrón, 2010, p. 74). Considerando que “el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante” (Marx, 2016, p. 80), la llegada de un movimiento de liberación, de autorreconocimiento y de alzar la voz era cuestión de tiempo.
Sería imprudente saltar a lo ocurrido décadas después sin darle la importancia merecida a las y los distintos defensores de la diversidad sexual a finales del siglo XX. Por ello, se dejará mencionado que el FHAR tuvo una pronta disolución y que más voces de distintas corrientes ideológicas tomaron las riendas de la lucha. Podemos citar brevemente al Grupo Lambda de Liberación Homosexual, integrado por feministas, comunistas y anarquistas; y a Oikabeth integrado por mujeres lesbofeministas (Diez, 2011).
No obstante, para efectos del trabajo presente es preciso saltar al siglo XXI y observar la evolución de este proceso. A cuarenta años de esa primera marcha de unidad en Ciudad de México, pareciera ser que se logró la síntesis de la dialéctica, pero únicamente para llegar a una nueva tesis opresora: el hombre clase media-alta homosexual. Hoy son las mujeres lesbianas y las personas transgénero quienes sufren la mayor cantidad de violencia y discriminación, y la indiferencia de hombres gay hacia el activismo va en ascenso (Pérez, 2018). Siguiendo la lógica de Marx, era necesario que eso ocurriera para posteriormente entrar en una nueva lucha de clases, pero otros pensadores, como Mijaíl Bakunin, habrían diferido.
Para Bakunin, la libertad es el “último destino del desarrollo humano” (Bakunin, 1990, p. 15), siendo la única condición “la más absoluta sumisión a la omnipotencia de la Naturaleza, nuestra madre, y la observancia y aplicación más rigurosa de sus leyes” (Bakunin, 1990, p. 11). Como es evidente, Bakunin no reconoce ningún tipo de institución política y, por ende, ninguna superestructura de carácter ideológico o religioso que impida alcanzar la libertad.
Lo más interesante es que fue el mismo FHAR el que se dio cuenta de ello y buscó sensibilizar a hombres gay y lesbianas: “la liberación del deseo homosexual no tenía que pasar por la lógica de la diferencia para que así los homosexuales fueran incluidos por el sistema capitalístico mexicano” (Barrón, 2010, p. 5). En otras palabras, había quienes entendían que no bastaba con ser incluidos desde la diferencia, que no bastaba que el capitalismo los absorbiera (como lo hizo); era necesario destruir la ideología heteropatriarcal, la moral católica y, por consiguiente, al Estado neoliberal.
Traslademos la crítica de Bakunin a la situación presente donde el hombre homosexual de posición económica acomodada se ha logrado empoderar a costa del resto de la diversidad sexual. Para ello, resulta fundamental analizar la siguiente frase: “el hombre privilegiado política o económicamente es un hombre mental y moralmente depravado. Esta es una ley social que no admite excepción” (Bakunin, 1990, p. 16). ¿Significa eso que el hombre gay se ha vuelto el enemigo a vencer? No realmente, el mismo Bakunin lo aclara al decir que no pretende lograr la muerte de los opresores, sino abolir las posiciones sociales y las diferencias reales (Bakunin, 1990). Ello significaría la necesidad de reconocer los nuevos privilegios y entregar las riendas de la lucha a quienes más lo necesitan.
Siguiendo la crítica a la situación actual del movimiento, el cual ya fue acaparado por el hombre gay, resulta ideal introducir a Vladimir Lenin y la crítica que hace a los partidos autodenominados socialistas. Lenin argumentaba que, en un contexto de corrupción e imperialismo, el marxismo había sido reducido a “la tesis de que el Estado, según Marx, ‘se extingue’, a diferencia de la doctrina anarquista de la ‘abolición’ del Estado” (Lenin, s/f, p. 7). Por supuesto que esa reinterpretación suprime la revolución y resulta más cómodo e incluso útil para el Estado liberal, pues le permite controlar al proletariado.
¿Cómo se traslada esa crítica a la lucha de la diversidad sexual? Precisamente a que la superestructura de la que hablaba Marx fue la que tergiversó el movimiento e introdujo la idea de que los cambios deben ser lentos y graduales. De ahí que muchas y muchos activistas de la diversidad sexual consideren que falta “más diálogo nacional e interlocución con activistas de otros países de América Latina” (Pérez, 2018, p. 136). ¿Y qué tenemos en lugar de eso? Una marcha anual donde cientos de marcas venden la idea de ser gay-friendly para aumentar sus ventas; todo sin la menor intención de llegar a la síntesis de la síntesis.
En esa coyuntura, la idea de que el marxismo del que se queja Lenin sirve para “consolar y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria” (Lenin, s/f, p. 5), le queda como anillo al dedo a la diversidad sexual en México.
Se concluye el presente escrito puntualizando la importancia de repensar el camino sociohistórico que persiguen las y los disidentes de la heteronorma en México. Resulta imprescindible reconocer que el liberalismo político y el capitalismo siguen oprimiendo a una clase entera al darles un falso espejismo de inclusión, que en realidad es la misma explotación que enfrenta el proletariado. La invitación es a cuestionar qué hacer ahora.
Referencias
Bakunin, M. [1870] (1990). Escritos de filosofía política. Madrid: Alianza.
Barrón, M. (2010). Repensando el movimiento: una imaginación poética del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (1978-1981). Obtenido de Universidad Iberoamericana: http://www.bib.uia.mx/tesis/pdf/015256/015256.pdf
Diez, J. (2011). La trayectoria política del movimiento Lésbico-Gay en México. Obtenido de Estudios Sociológicos: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59823584010
Lenin, V. [1917] (s/f). El Estado y la revolución. Ciudad de México: Quinto Sol.
Marx, K. [1848] (2016). Manifiesto comunista. En K. Marx, Manifiesto comunista / Sobre la cuestión judía (págs. 51-101). Ciudad de México: Lectorum.
Pérez, D. (2018). Imparables: radiografía de organizaciones, medios de comunicación y estado de los derechos de las comunidades LGBTI+ en América Latina. Obtenido de Desastre: http://desastre.mx/wp-content/uploads/2018/04/Imparables-VF.pdf
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